La presión arterial es la fuerza ejercida por la sangre sobre las paredes arteriales. Esta fuerza varía durante el ciclo cardíaco y se expresa a través de dos valores:
- Presión sistólica o alta: se produce cuando el corazón bombea la sangre y las paredes arteriales se expanden a su paso.
- Presión diastólica o baja: es la que se registra entre bombeo y bombeo, cuando las paredes arteriales se retraen.
La presión arterial varía a lo largo del día y en función de la actividad que desarrolle la persona, de su actividad emocional, de su tipo de dieta, etc. En ocasiones unos valores altos de presión arterial pueden coincidir con momentos de ejercicio intenso, alteraciones del estado de ánimo, consumo de sustancias estimulantes, etc.
La unidad de medida de la presión arterial son los milímetros de mercurio (mmHg). También se pueden expresar las cifras de presión en centímetros de mercurio (cmHg).
VALORES NORMALES, HIPERTENSIÓN e HIPOTENSIÓN
- Las cifras de presión arterial normales son 120 mmHg de sistólica y 80 mmHg de diastólica. Expresado en cmHg la relación sería 12/8.
- Si las cifras de presión superan los 140/90 mmHg entonces hablamos de hipertensión arterial. Se considera hipertensión si una de ellas sobrepasa los valores de referencia. Por ejemplo, unos valores de 146/82 serían indicativos de hipertensión.
- Se considera hipotensión si las cifras de presión están por debajo de las normales.
Uno de cada tres españoles son hipertensos y no lo saben. Las estadísticas no difieren mucho en otros países desarrollados y con una dieta poco saludable.
Es importante tener en cuenta que la hipertensión es una dolencia que sólo se detecta mediante su medición específica (utilizando un tensiómetro), por eso no es de extrañar que más de la mitad de hipertensos no sepan aún que lo son. Esta cifra es alarmante, porque estamos ante uno de los principales factores de riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular (angina de pecho, infarto de miocardio, infarto cerebral...) o una enfermedad arterial.
Las enfermedades cardiovasculares son una de las primeras causas de muerte en los países desarrollados.
En la mayoría de los casos la hipertensión no puede curarse, pero puede controlarse con una dieta y un tratamiento farmacológico adecuado. Este tratamiento suele incluir un control periódico de las cifras de presión arterial. La medición puede hacerse en el centro médico o en nuestra propia casa. Ésta última opción es la más llevada a cabo en los últimos años, sobre todo por el libre acceso y los módicos precios en el mercado a los aparatos para medir la tensión.
Realizar la medición de la presión arterial en casa tiene una serie de ventajas. Por ejemplo, la persona se encuentra más cómoda en su propio entorno y libre de estímulos que puedan alterarle. Además, evita tener que realizar desplazamientos continuados al centro de salud (sobre todo si el control de la presión es diario o semanal).
TIPOS DE TENSIÓMETROS
TIPOS DE TENSIÓMETROS
El manejo del tensiómetro dependerá de cada modelo y de las habilidades de la persona.
Dependiendo de su manejo, existen dos tipos de esfigmomanómetros o tensiómetros en el mercado: manuales y electrónicos.
TENSIÓMETROS MANUALES: pueden ser de mercurio o aneroides.
La medición manual se hace siguiendo la técnica de los sonidos de Korotkoff.
La medición manual se hace siguiendo la técnica de los sonidos de Korotkoff.
- Tensiómetros de mercurio: en estos últimos años han sido retirados del mercado y sustituidos por los tensiómetros aneroides, debido a su posible toxicidad e impacto ambiental (al igual que ocurrió con los termómetros de mercurio).
- Tensiómetros aneroides: Su precio es más económico que los tensiómetros electrónicos y si se conoce la técnica de medición no resultan difíciles de manejar. Las cifras de presión arterial obtenidas son más fiables. El inconveniente es que la automedición resulta incómoda y es necesario realizarla con ayuda de otra persona. Por eso este tipo de tensiómetros no son recomendables para personas que vivan solas.
TENSIÓMETROS ELECTRÓNICOS: pueden ser de muñeca o de brazo.
La fiabilidad de los tensiómetros varía en función del modelo o la marca. Para comprobar si un tensiómetro es fiable debería estar validado, esto es, debe cumplir las normas de fabricación de la Unión Europea (de ser así veremos impresas en el aparato las siglas CE) y los protocolos de las Sociedades de Hipertensión que aseguran su fiabilidad. Cumplirlos implica que debe elaborarse un estudio con pacientes para comprobar que las lecturas del tensiómetro de referencia coinciden con las del electrónico. Además, el estudio debe publicarse en una revista científica de reconocido prestigio.
La fiabilidad de los tensiómetros varía en función del modelo o la marca. Para comprobar si un tensiómetro es fiable debería estar validado, esto es, debe cumplir las normas de fabricación de la Unión Europea (de ser así veremos impresas en el aparato las siglas CE) y los protocolos de las Sociedades de Hipertensión que aseguran su fiabilidad. Cumplirlos implica que debe elaborarse un estudio con pacientes para comprobar que las lecturas del tensiómetro de referencia coinciden con las del electrónico. Además, el estudio debe publicarse en una revista científica de reconocido prestigio.
- Tensiómetros de muñeca: La medición es automática, (el inflado y desinflado son automáticos) y a diferencia de los modelos manuales no es necesario un estetoscopio (fonendoscopio). Indican las cifras de presión arterial así como el pulso. Son muy sensibles, por lo que el paciente debe de colocar muy bien el brazalete hinchable. La zona dónde está la placa de medición debe de colocarse justo encima de la zona dónde se toma el pulso radial. El paciente debe evitar moverse durante la medición y la muñeca debe de estar muy cerca del corazón y a la misma altura de éste para que la medición sea lo más precisa posible. Su precio es bastante económico.
- Tensiómetros de brazo: Dependiendo del modelo la medición puede ser automática o semiautomática (algunos modelos requieren el inflado manual del manguito). Al igual que los de muñeca son muy sensibles. No precisan fonendoscopio y muestran las cifras de presión arterial y el pulso. Algunos modelos más avanzados imprimen gráficas de presión. Su precio es mucho más elevado que los modelos manuales.
Cualquiera de los modelos electrónicos, debido a su fácil manejo, están indicados para personas de avanzada edad y/o que vivan solas.
Cualquier tipo de tensiómetro (sea éste manual o no) necesita ser recalibrado periódicamente. Se aconseja hacerlo cada 2 años. En algunas farmacias, parafarmacias o tiendas de ortopedia recojen tensiómetros para enviarlos al fabricante y que éste haga la calibración.
Las recomendaciones son hacerlo al menos 1 vez cada 4 años entre los 14 y los 45 años y posteriormente cada 2 años salvo que detectemos que tenemos hipertensión, momento a partir del cual deberemos hacerlo con la frecuencia que nos determine el médico.
La validez de las cifras de presión arterial dependen de que ésta se haya hecho siguiendo las recomendaciones que los expertos señalan, tanto en lo referente a los aparatos de medida como a las condiciones en las que la medida se ha llevado a cabo.
Por eso, para una toma correcta, es preciso seguir las siguientes recomendaciones:
- Es aconsejable hacer la medición siempre a la misma hora y en las mismas condiciones.
- Tomarla tras cinco minutos de reposo por lo menos.
- La persona debe estar relajada y no tener prisa.
- Si ha hecho ejercicio debe descansar por lo menos media hora antes de realizar la medición.
- Tampoco debe haber comido ni bebido sustancias excitantes (café, té, tabaco) durante la media hora previa a la medición.
- La posición del cuerpo debe ser sentado, no estirado, con la espalda bien apoyada en el respaldo de la silla.
- Las piernas deben estar tocando el suelo, no cruzadas, y la mano relajada, sin apretar y en posición de descanso.
- Si se tienen pulseras, reloj, etc... es aconsejable quitarlos o aflojarlos.
- La primera vez debe de tomarse la presión en ambos brazos. El brazo de referencia o dominante es aquel en el que las cifras de presión son más altas.
- El brazo de la medición debe de estar apoyado más o menos a la altura del corazón, con la mano relajada.
- El manguito debe de estar en contacto con la piel, así que el paciente deberá remangarse la ropa. Si es invierno y se llevan muchas capas de ropa, será mejor que se las quite porque si se remangan diferentes prendas a la vez se puede crear un anillo que apriete la zona.
- Una vez posicionada la persona se colocará el manguito, que se adaptará al diámetro del brazo (pequeño, normal, grande).
- Mientras el manguito se infla el paciente no debe de hablar, puesto que eso afectaría a los valores marcados.
Hasta qué nivel se debe inflar el manguito, para la medición óptima.
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